Significa entenderse a uno mismo y a los demás como personas creadas y queridas por Dios.
Se traduce en gestos de ternura y misericordia, actitudes de servicio, perdón, acogida y diálogo.
Se expresa en un amor preferencial por el débil, el desfavorecido y el que sufre los diversos tipos de pobreza.
Apertura a la transcendencia:
Dios es el valor supremo, origen y fin de la persona, punto de referencia de nuestro ser y actuar.
Implica la apertura constante a Dios y a sus expresiones como la belleza, la armonía, el amor y la verdad, que pueden llegar a través del arte, la oración, la entrega y la Palabra de Dios.
Vida:
Es un don, un regalo de Dios que queremos desarrollar en plenitud.
La admiramos y agradecemos como la obra de Dios.
Asumimos un compromiso en defensa de la vida humana.
Nos impulsa a respetar la naturaleza y el medio ambiente como la casa común creada por Dios.
Belleza:
Tiene como referencia a María Inmaculada.
Es reflejo de sencillez, transparencia, bien, bondad, armonía y limpieza de corazón.
Se manifiesta en las relaciones personales, en el cuidado de la naturaleza, en el cultivo y desarrollo de la sensibilidad estética, en el que hacer diario.
Libertad:
Es educar para que la persona descubra y desarrolle el proyecto de Dios en su vida y sea capaz de actuar con autonomía y sentido crítico.
Fomenta que nuestros alumnos realicen el ejercicio de sus deberes y derechos con respeto a los de los demás.
Comprometida siempre con la justicia y la paz.
Verdad:
Se busca en el diálogo entre fe, ciencia y cultura.
Se manifiesta en la honradez, la sinceridad y la coherencia.
Se ve reflejada en una actitud de búsqueda constante.
Sentido de pertenencia:
Sentirse parte de una Comunidad Educativa concepcionista, una familia carismática y una realidad eclesial.
Para su desarrollo debemos ahondar en nuestras raíces, asumir la corresponsabilidad e implicarse en la participación.
Se manifiesta en la convivencia, el entendimiento y la unidad en la diversidad.
Competencia:
Desarrollar nuestras capacidades y aprender otras nuevas para responder a los desafíos del momento.
Fomenta una cultura del esfuerzo, trabajo en equipo y una formación a lo largo de toda vida.
Implica el trabajo bien hecho.
Solidaridad:
Implica trabajar por la igualdad y fraternidad entre todos los hombres a ejemplo de Jesús de Nazaret.
Nos hace sensibles y nos compromete ante las situaciones de desigualdad y marginación, fomentando la inclusión.
Promueve la cooperación desinteresada y el voluntariado.
Responsabilidad:
Conlleva a actuar con libertad, asumiendo las consecuencias de sus actos.
Supone responder con fidelidad y constancia a los compromisos adquiridos.